“En los últimos días para mucha gente que va a Valencia a ayudar. En el puente pasado casi nadie iba de ocio. Había mucho voluntario”. Quien lo cuenta es un camarero de La Venta de San José, uno de los restaurantes más emblemáticos de la autovía A-3 a Valencia. Es lunes y en el parking hay al menos dos furgonetas repletas hasta los topes de todo tipo de material, desde comida hasta pañales.
Estos días es habitual cruzarse en la autovía a Valencia con voluntarios procedentes de toda España que transportan ayuda hacia las localidades afectadas por la DANA.
Tras el puente de Todos los Santos, en los que la DGT pidió a los ciudadanos que no se dirigieran hacia el levante español ya que multitud de carreteras se encontraban cortadas, el lunes se vivió un repunte ostensible del tránsito pese a que muchos camiones de mercancías no circularon.
De acuerdo a los datos facilitados por la DGT, el pasado lunes, entre las 5 y las diez de la mañana por ejemplo, creció el tráfico un 6,69% entre el kilómetro 154 y el 200 con respecto al lunes anterior, pasando de los 1.659 vehículos del día 28 de octubre a los 1.770 del 4 de noviembre.
Este repunte se debe a las diferentes iniciativas de transporte de alimentos, ropa o medicinas como al cierre del AVE a Valencia, que obligó a muchas personas a coger el coche para ir hacia el Levante a sus trabajos.
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) comunicó que muchos de los puntos de recogida de alimentos estaban cerrados debido a la saturación de donaciones y la incapacidad para gestionar la gran cantidad de productos recibidos. Este cierre se produjo como consecuencia de la abrumadora respuesta de la ciudadanía en ayuda a las víctimas de la crisis que ha azotado la región del Levante.
Los responsables de estas iniciativas han enfatizado la importancia de gestionar las donaciones de manera eficiente para asegurar que la ayuda llegue a quienes más la necesitan. Se han solicitado a los ciudadanos que se mantengan informados sobre las fechas y horarios en los que se reabrirán los puntos de recogida, así como las necesidades específicas, que pueden variar con el tiempo.
A pesar de la buena voluntad de la ciudadanía, la situación ha puesto de manifiesto la necesidad de un sistema más organizado que permita canalizar la solidaridad de manera efectiva sin provocar colapsos en los recursos disponibles. Los organismos de ayuda están trabajando para establecer un plan que contemple esta alta demanda en situaciones similares en el futuro.
Este contexto también ha llevado a muchas organizaciones a reflexionar sobre su capacidad de respuesta ante emergencias, destacando la relevancia de la colaboración entre entidades para maximizar el impacto de la solidaridad ciudadana.